Conejo al ajillo receta tradicional
El conejo es una carne blanca con poca
grasa, adecuada para dietas bajas en calorías.
Destaca por su aporte de potasio, fósforo y
calcio y además es económica ya que un conejo para 6 personas (de 1,5
Kg).
Cuando vayamos a comprarlo comprobar que su
carne este de color rosado, características que nos indican que es un ejemplar
tierno.
Para esta receta, necesitaremos tenerlo
trocearlo, así que pedidle al carnicero/a que os lo corte para freír y guisar.
Aunque lo compréis ya embolsado, bastará con
acercarse a la sección de carnes y gustosamente os lo prepararán.
Eso sí, al tener muy poca grasa, puede resultar
una carne algo seca por lo que os recomiendo siempre cocinarlo con alguna salsa
o guarnición que le aporte jugosidad al plato.
Ingredientes
1 conejo de 1,100 Kg ya troceado
6 dientes de ajos pelados y troceados
1 vaso de vino blanco
½ vaso de agua
150 ml de aceite de oliva
Sal y pimienta blanca en polvo (al gusto de cada
casa)
para la guarnición: 4 patatas medianas
troceadas a cascos.
Aderezar el conejo con sal y pimienta, masajeamos
y repartimos bien y lo dejamos reposando hasta que lo cocinemos.
Pelamos los dientes de ajos y los troceamos, reservamos.
Ponemos el aceite al fuego medio suave y vamos
incorporando el conejo suavemente, sin dejar de dar vueltas unos cuatro o cinco minutos.
Para que se dore uniformemente. sacamos y Reservamos.
En el mismo aceite doramos los ajos a fuego suave unos dos minutos, incorporamos el vino blanco subimos el fuego para evaporar el alcohol durante un minuto y volvemos a bajar el fuego.
Dejamos cocer unos 1 minuto y agregamos el agua hervimos 1 minuto mas, removemos con suavidad para despegar del fondo de la sartén algún
residuo que dará sabor a la salsa de ajillo, incorporamos el conejo removemos
Tapamos y cocinamos a fuego suave durante 10 minutos.
En ese tiempo la salsa se irá espesando y adquiriendo su color característico y su textura ligeramente cremosa.
A mitad de cocción podemos darle la vuelta a alguna pieza de carne que sobresalga de la salsa.
Rectificamos de sal y pimienta si fuese necesario
Mientras freímos las patatas a fuego suave cuando estén doraditas crujientes por fuera y blanditas por dentro sacamos un plato con papel absorbente, salamos y reservamos.
Servimos calentito en la mesa y a disfrutar de este auténtico “platazo”.
En el blog podéis encontrar alguna otra receta de bastante éxito como el conejo a la cerveza.
Zerezas.-
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