La carne de conejo es muy recomendada por su rica
proporción de proteínas y muy apropiada en dietas bajas en ácido úrico y
diabetes.
Su carne rosada
es suave y delicada, apenas contiene grasas y es muy versátil en los guisos.
El Conejo guisado con setas es un ejemplo.
Seta de cardo: es una de las setas más
sabrosas y apropiadas para todo tipo de platos.
La carne es blanca, de olor fúngico y sabor
delicado.
Se la encuentra en grupos en verano y en otoño.
Este plato también se puede
hacer con la seta ostra cultivada
1 K de conejo para hacer al ajillo
400 g. de setas de cardo
1 cebolla grande
5 dientes de ajo
300 ml de vino blanco y otro de coñac
300 ml de caldo de carne
2 hojas de laurel
tomillo, romero, perejil, hierbabuena (fresco a ser
posible) también se puede utilizar seco
1 cucharada rasa de postre de harina para
espesar
Sal y pimienta negra recién molida (al gusto)
Aceite de oliva
Preparación
Ponemos una cazuela con aceite el conejo salpimentado,
sin dejar de remover hasta que este doradito.
Sacar y reservar.
Lavamos las setas, cortarlas para que se
distribuyan bien en el guiso.
Esta especie suelta mucha agua, así que hay que
dejarlas al fuego hasta que se reduzca.
En una cacerola no muy honda, ponemos un chorro
de aceite de oliva.
Picamos la cebolla y el ajo y lo ponemos a
pochar, primero doramos un poco la cebolla y luego añadimos el ajo, para que
este último no se queme.
Cuando la cebolla y el ajo hayan pochado,
salpimentamos el conejo.
Añadimos el conejo a la cazuela para que se dore
bien y se vaya cocinando con el sofrito anterior.
Vertemos el vino blanco en cuanto veamos que el
conejo va cambiando de color y lo dejamos reducir 4 minutos.
añadimos una cucharadita (de café) rasa de
harina y la disolvemos bien en el guiso para que no queden grumos, dejamos a
fuego bajo unos 15 minutos.
Mientras, picamos un diente de ajo y lo ponemos
a dorar en una sartén con un hilo de aceite.
Cuando coja color, añadimos las setas, salteamos
hasta que suelten su jugo y este se reduzca, unos cinco minutos, a fuego
medio/bajo.
Reservamos.
Cuando el vino haya reducido bastante, añadimos
el caldo de carne.
Rectificamos el punto de sal e incorporamos el
laurel, el tomillo, el romero y el salteado de setas.
Dejamos cocer durante 40 minutos a fuego
bajo, hasta que la carne esté tierna.
El tiempo de cocción depende del tamaño de los
trozos de carne y dependerá que el conejo esté más o menos tierno. Rectificamos
de sal.
Si pasado el tiempo el conejo estuviese poco tierno
y no queda salsa, añadimos un poco de agua con vino blanco y dejamos que siga
cocinándose hasta que la carne esté en su punto.
El secreto de este guiso reside en la ternura de
la carne.
Servimos bien caliente y con un poco de pan, la
salsa de esta receta es exquisita, os lo aseguro.
Si lo preparáis el día antes lo mejor para
volver a calentarlo a la hora de consumirlo es usar la misma cazuela a fuego
muy lento moviendo de vez en cuando.
Se puede acompañar de unas patatas fritas y
con una ensalada tenemos un plato único riquísimo.
Propiedades Nutricionales:
1,50 mg.
de hierro, 10,38 g. de proteínas, 22,80 mg. de calcio, 0 g. de fibra, 350 mg.
de potasio, 1,80 mg. de yodo, 1,40 mg. de zinc, 0 g. de carbohidratos, 24,90
mg. de magnesio, 47 mg. de sodio, 0,34 ug. de vitamina A, 0,10 mg. de vitamina
B1, 0,12 mg. de vitamina B2, 10,98 mg. de vitamina B3, 0,80 ug. de vitamina B5,
0,35 mg. de vitamina B6, 1 ug. de vitamina B7, 4,80 ug. de vitamina B9, trazas
de vitamina C, trazas de vitamina D, 0,27 mg. de vitamina E, 4 ug. de vitamina
K, 216 mg. de fósforo, 88,30 kcal. de calorías, 71,90 mg. de colesterol, 5,20
g. de grasa, 0 g. de azúcar y 132 mg. de purinas.
La carne de conejo es muy recomendada por su rica
proporción de proteínas y muy apropiada en dietas bajas en ácido úrico y
diabetes.
Su carne rosada
es suave y delicada, apenas contiene grasas y es muy versátil en los guisos.
El Conejo guisado con setas es un ejemplo.
Seta de cardo: es una de las setas más sabrosas y apropiadas para todo tipo de platos.
La carne es blanca, de olor fúngico y sabor delicado.
Se la encuentra en grupos en verano y en otoño.
Este plato también se puede
hacer con la seta ostra cultivada
1 K de conejo para hacer al ajillo
400 g. de setas de cardo
1 cebolla grande
5 dientes de ajo
300 ml de vino blanco y otro de coñac
300 ml de caldo de carne
2 hojas de laurel
tomillo, romero, perejil, hierbabuena (fresco a ser
posible) también se puede utilizar seco
1 cucharada rasa de postre de harina para
espesar
Sal y pimienta negra recién molida (al gusto)
Aceite de oliva
Preparación
Ponemos una cazuela con aceite el conejo salpimentado,
sin dejar de remover hasta que este doradito.
Sacar y reservar.
Lavamos las setas, cortarlas para que se
distribuyan bien en el guiso.
Esta especie suelta mucha agua, así que hay que
dejarlas al fuego hasta que se reduzca.
En una cacerola no muy honda, ponemos un chorro
de aceite de oliva.
Picamos la cebolla y el ajo y lo ponemos a
pochar, primero doramos un poco la cebolla y luego añadimos el ajo, para que
este último no se queme.
Cuando la cebolla y el ajo hayan pochado,
salpimentamos el conejo.
Añadimos el conejo a la cazuela para que se dore
bien y se vaya cocinando con el sofrito anterior.
Vertemos el vino blanco en cuanto veamos que el
conejo va cambiando de color y lo dejamos reducir 4 minutos.
añadimos una cucharadita (de café) rasa de
harina y la disolvemos bien en el guiso para que no queden grumos, dejamos a
fuego bajo unos 15 minutos.
Mientras, picamos un diente de ajo y lo ponemos
a dorar en una sartén con un hilo de aceite.
Cuando coja color, añadimos las setas, salteamos
hasta que suelten su jugo y este se reduzca, unos cinco minutos, a fuego
medio/bajo.
Reservamos.
Cuando el vino haya reducido bastante, añadimos
el caldo de carne.
Rectificamos el punto de sal e incorporamos el
laurel, el tomillo, el romero y el salteado de setas.
Dejamos cocer durante 40 minutos a fuego
bajo, hasta que la carne esté tierna.
El tiempo de cocción depende del tamaño de los
trozos de carne y dependerá que el conejo esté más o menos tierno. Rectificamos
de sal.
Si pasado el tiempo el conejo estuviese poco tierno
y no queda salsa, añadimos un poco de agua con vino blanco y dejamos que siga
cocinándose hasta que la carne esté en su punto.
El secreto de este guiso reside en la ternura de
la carne.
Servimos bien caliente y con un poco de pan, la
salsa de esta receta es exquisita, os lo aseguro.
Si lo preparáis el día antes lo mejor para
volver a calentarlo a la hora de consumirlo es usar la misma cazuela a fuego
muy lento moviendo de vez en cuando.
Se puede acompañar de unas patatas fritas y
con una ensalada tenemos un plato único riquísimo.
Propiedades Nutricionales:
1,50 mg. de hierro, 10,38 g. de proteínas, 22,80 mg. de calcio, 0 g. de fibra, 350 mg. de potasio, 1,80 mg. de yodo, 1,40 mg. de zinc, 0 g. de carbohidratos, 24,90 mg. de magnesio, 47 mg. de sodio, 0,34 ug. de vitamina A, 0,10 mg. de vitamina B1, 0,12 mg. de vitamina B2, 10,98 mg. de vitamina B3, 0,80 ug. de vitamina B5, 0,35 mg. de vitamina B6, 1 ug. de vitamina B7, 4,80 ug. de vitamina B9, trazas de vitamina C, trazas de vitamina D, 0,27 mg. de vitamina E, 4 ug. de vitamina K, 216 mg. de fósforo, 88,30 kcal. de calorías, 71,90 mg. de colesterol, 5,20 g. de grasa, 0 g. de azúcar y 132 mg. de purinas.
Tradicionalmente, la carne de conejo ha formado
parte de la dieta mediterránea. Su bajo contenido en grasa y sus amplias
posibilidades gastronómicas hacen que este tipo de carne esté recomendada para
llevar una dieta sana y equilibrada.
La carne
de conejo es un alimento muy sabroso, digestivo y admite gran variedad de formas
de preparación.
Hoy en
día, entre la multitud de razas que existen, podemos distinguir básicamente
entre dos tipos:
el conejo de monte: es carne de caza, más rojiza
y con más sabor, a la vez que más dura y con menos grasa.
el conejo de granja: de carne rosada, de sabor
suave y textura tierna, es el que normalmente compramos en el supermercado.
Beneficios
para la salud
Es un alimento magro, por lo que es bajo en
grasas.
Está recomendado en dietas bajas de colesterol,
sobre todo, en caso de enfermedades o trastornos cardiovasculares.
Las personas con ácido úrico pueden beneficiarse
de todas sus ventajas nutricionales, ya que su contenido en este elemento es
nulo.
Al ser rico en vitamina B12 está aconsejado su
consumo para mujeres embarazadas o durante la lactancia materna.
Ayuda a personas con problemas estomacales,
siendo una carne fácil de digerir.
Su bajo contenido en sodio la hace interesante
para personas con hipertensión.
Tiene un elevado contenido en potasio, que
regula la función muscular y la hace idónea para las personas deportistas.
Recomendado en dietas de adelgazamiento junto
con la carne de pollo y pavo, por su bajo contenido calórico.
El
conejo tiene un despiece variado y cada una de las porciones se caracteriza por
un sabor y textura determinada:
Muslos: es la carne más magra y carnosa del
conejo. Esta parte se recomienda para hacer escabechados.
Lomos: se caracterizan por su carne tierna y
fibrosa, que se cocina bien a la cazuela, sartén o al horno. En filetes son
fáciles de consumir, especialmente para los niños al no poseer huesos.
Paletillas: las paletillas de conejo son tiernas
y jugosas. Están especialmente indicadas para hacerlas en barbacoa o al horno
de leña, aunque admiten todos los métodos de cocción.
Costillas: son particularmente tiernas y
sabrosas y son perfectas para elaborar guisos y arroces, ya que además se
cocinan muy rápidamente.
Hígado: el hígado de conejo es intenso y fino en
comparación con el de otras carnes y resulta apropiado para cualquier tipo de
plato.
Versatilidad en la cocina
En la gastronomía española, hay un sinfín de
recetas donde el conejo está presente: conejo al ajillo, patatas guisadas con
conejo, paella con conejo, conejo con caracoles, con almendras, al limón, al
romero...
El
despiece de un conejo de tamaño medio se acostumbra a hacer en seis piezas, las
patas de delante, los muslos y el lomo cortado en dos trozos. Admite todo tipo
de cocciones, pero es aconsejable no guisarlo durante demasiado rato, ya que
entonces nos quedará la carne fibrosa.
Si queremos que la carne nos quede más tierna,
una buena manera es ponerlo en remojo con leche durante 24 horas antes de
guisarlo.
Otras recetas
Zerezas.-
Que buenísima pinta tiene este arroz, hay que catarlo. saludos.
ResponderEliminarSi estaba muy rico, es un plato económico y fácil de hacer
Eliminargracias por comentar.
un saludo.