Los huevos, son una fuente importante
de proteínas, contienen todos los aminoácidos esenciales que no puede
sintetizar el organismo de forma natural.
Son bajos en grasas y ricos
en proteínas, vitaminas y minerales.
El huevo contiene gran parte de las
vitaminas que el organismo necesita, excepto la vitaminaC.
Las proporciones de los nutrientes
de los huevos de gallina pueden variar según el tipo y la cantidad del
alimento, además de otros factores que puedan intervenir en la modificación de
sus nutrientes, según la preparación de los huevos de gallina, pueden variar
sus propiedades y características nutricionales.
Por cada 100 gr el huevo tiene los siguientes nutrientes:
Calorías 162 kcal. Grasa 12,10
g.
Azúcar 0,68 g. Sodio
144 mg.
Hierro 2,20 mg.
Proteínas 12,68 g
calcio 56,20 mg. Potasio
147 mg.
Yodo 12,70 mg.
Zinc 2 mg.
Carbohidratos, 0,68 g.
Magnesio 12,10 mg.
Fósforo 216 mg. Colesterol 410
mg.
Vitaminas
vitamina
A 226,67 ug. vitamina B1 0,11 mg.
vitamina
B2 0,37 mg. vitamina B3 3,33 mg.
vitamina
B6 0,12 mg. vitamina B9 51,20 ug.
vitamina
B12 2,10 ug. vitamina D 1,80 ug.
vitamina
K 8,90 ug. vitamina E 1,93 mg.
Por
su alta concentración en colesterol, este alimento no es recomendable para
personas con con niveles altos en su sangre.
Sin embargo, la clara de huevo,
que parece no tener muchos nutrientes, nos aporta varios beneficios.
Por cada 100 gr de clara de huevo
0,20 mg. de hierro, 11,12 g.
de proteínas
11 mg. de calcio, 154 mg. de potasio
6,80 mg. de yodo, 0,02 mg. de zinc
0,70 g. de carbohidratos, 12 mg. de
magnesio
170 mg. de sodio 0,20 g.
de grasa,
49,10 kcal. de calorías
0,70 g. de azúcar 21 mg. de
fósforo
0 mg. de purinas 0 mg. de
colesterol
Aporte de vitaminas por cada 100 gr
0,02 mg. de vitamina B1
0,01 ug. de vitamina K
0,32 mg. de vitamina B2
3,42 mg. de vitamina B3
0,14 ug. de vitamina B5
0,01 mg. de vitamina B6
7 ug. de vitamina B7
9,20 ug. de vitamina B9
0,10 ug. de vitamina B12
0,30 mg. de vitaminaC
El huevo de gallina, es quizá el más
versátil de entre todos los que tenemos en nuestra cocina y por eso está
presente en infinidad de recetas: ensaladas, guisos, cremas, salsas, postres,
rebozos, etc.
Sin embargo, a pesar de su
omnipresencia, el huevo es realmente un gran desconocido para muchas personas.
Al igual que sucede con cualquier
alimento, la calidad de los huevos disminuye a medida que pasa el tiempo,
especialmente cuando permanecen a temperatura ambiente, conservando a
temperaturas de entre 1 y 10 ºC con una humedad relativa inferior al 80%,
podemos retrasar de forma significativa este envejecimiento si los para
evitando el desarrollo de hongos y otros microorganismos en la superficie de la
cáscara.
La legislación recomienda no
refrigerar los huevos antes de su venta para evitar así los cambios bruscos de
temperatura, que podrían provocar un deterioro del huevo y su contaminación
microbiológica, con el consiguiente riesgo sanitario.
Se pretende evitar especialmente que
se produzcan saltos desde bajas a altas temperaturas, que pueden ocasionar condensaciones
de agua en la superficie del huevo, lo que facilitaría el desarrollo de
microorganismos y su entrada al interior a través de los poros que posee la
cáscara.
Es por esto, que los huevos se
encuentran en los centros comerciales sin refrigeración, sin embargo cuando los
llevamos a casa, si se recomienda su conservación refrigerada.
Los huevos han
de consumirse frescos, la cascara del huevo es
porosa, característica importante para la vida del producto.
El huevo está compuesto
principalmente por agua. A medida que pasa el tiempo, parte de este agua se
escapa en forma de vapor a través de los poros que tiene la cáscara, lo que
provoca una disminución de peso y también un aumento de la cámara de aire que
el huevo tiene en su interior.
El huevo fresco no flota debido a
que es más denso que el agua, pero a medida que envejece, pierde peso y el
tamaño de su cámara de aire aumenta (la densidad del huevo disminuye), por lo
que flota cada vez más. Si el huevo subiera hasta la superficie, habría que
descartarlo para el consumo.
No debemos lavar ni limpiar los
huevos porque podemos dañar la cáscara, que actúa como barrera para la entrada
de microorganismos que podrían deteriorar el producto y/o provocarnos
enfermedades.
Si aún así, deseas lavarlos o
limpiarlos, debes hacerlo justo antes de su cocinado pasando un paño suave o
lavarlos, siempre que a los dejes bien secos después.
zerezas.-
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